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Vuelta a la rutina de jóvenes y adultos con Síndrome de Tourette

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En el post anterior hablamos sobre la vuelta a la rutina de niñ@s y adolescentes con Síndrome de Tourette y hoy continuamos con este tema, pero enfocándolo a l@s jóvenes y l@s adult@s porque, aunque es cierto que con la adultez los tics disminuyen y se suele tener un mayor conocimiento y manejo de la sintomatología, l@s jóvenes y l@s adult@s con Tourette, no están exentos de padecer ciertas dificultades.

Los cambios horarios, la vuelta al trabajo o la universidad, la organización de la vida familiar, los nuevos proyectos… Todos ellos pueden ser factores estresantes y, por tanto, es muy normal que deriven en aumento de los tics o de la sintomatología propia de los trastornos asociados, pudiendo sentir:

  • Más ansiedad
  • Más pensamientos intrusivos
  • Más compulsiones y obsesiones, debido al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
  • Más apatía y falta de motivación
  • Cambios de humor e irritabilidad
  • Insomnio
  • Dificultad para concentrarte

Recomendaciones para la vuelta a la rutina de l@s jóvenes y adultos con Síndrome de Tourette

  • Elabora un horario: horarios de levantarte, ir a la universidad o al trabajo, practicar deporte, recoger a los niñ@s, etc.
  • Novedades: si vas a comenzar alguna actividad, clase o trabajo nuevo, considera los aspectos positivos y negativos. Identifica tus preocupaciones y busca soluciones prácticas.
  • Aumento de tics o de la sintomatología de los trastornos asociados: recuerda qué es lo que te relaja en los momentos de estrés (respiración, escuchar música, hablar con alguien), para poder ponerlo en práctica cuando sea necesario.
  • Autocuidado: reserva un hueco del día para practicar algo que te relaje o te guste. El deporte o las actividades artísticas son un gran aliado para mejorar la salud mental.
  • Motivación: piensa algo que te motive y que puedas hacer a diario, aunque sea durante 5-10 minutos.
  • Gestión del tiempo: si te cuesta planificar y aprovechar el tiempo, utiliza recursos que puedan ayudarte a lograrlo: alarmas de móvil, post-it y notas, aplicaciones, etc.
  • Flexibilidad y paciencia: no intentes comenzar al 100% con todo. Empieza por lo que te genera menos estrés y ve incluyendo, de forma gradual, las tareas que más esfuerzo te suponen.

Exprésate y busca apoyo

No tengas miedo en explicar o en compartir con algún familiar, con tu pareja o con algún amigo o amiga cómo te sientes, si te pueden ayudar de alguna manera o simplemente necesitas desahogarte y que te escuchen. Hablar sobre nuestros sentimientos y preocupaciones alivia la carga emocional.

Y en caso de que no consigas adaptarte o que notes que la ansiedad, las obsesiones o los cambios en el estado anímico persisten y están afectando a tu vida diaria, pide ayuda profesional a algún psicólogo o psicóloga especialista en Síndrome de Tourette.

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